En el marco de la iniciativa para modificar el nombre de la plaza Roca, en el centro de Río Cuarto, decidimos hacer una serie de entrevistas apostando a estudiosos de la ciudad y a la creación de contenidos de carácter local en lugar de recurrir a los manuales y especialistas canónicos. En esta ocasión, nos dimos cita con Guillermo Ricca, profesor de Filosofía argentina y latinoamericana de
¿Qué fuentes filosóficas habría recibido Julio Roca? ¿Tenía algún tipo de formación más allá de la militar que pudiera rastrearse?
No sé si él personalmente, por ahí eso sería algo más complejo. Lo que sí se podría decir es que esa generación es la que está posterior a la del
Sí, ambos estaban implicados. Después hay una cuestión práctica: ¿cómo se reparten esas tierras? Se reparten entre los principales gene-rales de Roca que pasan a constituir las principales familias patricias de la oligarquía agrícolo-ganadera argentina
De ahí vienen apellidos como Llambías, Figueroa Alcorta, Martínez de Hoz…
Tal cual. Incluso esta gente se anexa más territorios en
No se andaba con vueltas Barrett…
Claro… aparte era periodista, un tipo muy culto, con gran capacidad oratoria. Ahora se han reeditado en Capital Intelectual esa obra y ¿Qué son los yerbales? (…)
Podemos decir sin duda que se trató de una mentalidad de época fuertemente permeada por un tipo de positivismo organicista, evolucionista, con ideas económicas con hibridaciones raras… José Ingenieros estuvo fuertemente impresionado por la revolución bolchevique (…). Además, de corte lombrosiano, que si uno se atiene de la historia de lo biopolítico en Europa, es desde ahí de donde nacen la mayor parte de las ideas del nacionalsocialismo posterior, acerca de la eugenesia, diferencias entre razas… ideas que uno encuentra en José Ingenieros. (…) Siguiendo a Ameghino (…) su trabajo paleontológico, trabajo con fósiles y demás, antropología científica bien positivista, hay una clasificación de las razas, donde se habla claramente de la superioridad de la raza blanca caucásica.
-Esa perspectiva de Lombroso después se articula con la criminología que termina penando a las personas por disposiciones físicas…
Sí, eso lo encontramos en la criminología de Ingenieros también. Estamos hablando de ideas que son casi como la “ciencia normal” de la época, como el paradigma epocal. Por ahí nos fuimos más allá de Roca, pero es en este “espíritu”, en este “frente” de ideas, en el que se mueve Roca. Roca no tenía muchas razones científicas para pensar que los indios eran iguales que él… tenía más razones para pensar que eran inferiores, que eran un obstáculo para la consolidación de un Estado Nacional…
-¿Se puede identificar algún intelectual o grupo de intelectuales que haya avalado las ideas de Julio roca?
Yo digo: este grupo… Veamos, Ramos Mejía, Carlos Octavio Bunge… ocupan espacios decisivos en políticas… diseño de políticas educativas, de políticas penales y criminales, políticas de seguridad… en la facultad de medicina había dos revistas: una que se llamaba Archivos de Criminología, donde se trabajaba desde esa perspectiva sobre esos temas en mucha sintonía con la corriente lombrosiana. (…) [En Italia] Lombroso lo [a Ingenieros] presenta diciendo que es un joven que “ya es” lo que él (Lombroso) fue de adulto, lo presenta como una promesa de ciencia. Son tipos que ocuparon lugares no sé si validando las ideas de Roca, pero sí contribuyendo a diseñar una serie de políticas que terminan siendo biopolíticas.
-Tampoco es que Roca podía hacer todo solo…
Tal cual. Forman parte de un proyecto en el que está toda esta gente, y que me parece que en realidad Roca es el constructor de eso no sé con cuántas luces tampoco… Estamos hablando de gente formada, eso está claro. Sin ir más lejos, releer a Mansilla es una tarea interesante. (…) Él cuenta que estando herido en
¿Él influyó en la formación de esos intelectuales? Como veníamos hablando, ya tenían su formación…
Yo no diría que él influyó en esa formación, incluso por ejemplo Ingenieros después rompe con él y se va, y a la vuelta escribe El hombre mediocre, como una forma de renegar de sí mismo, una especie de autocrítica. A mí me parece que ese proyecto que dura unas cuatro décadas de manera firme en Argentina sin demasiadas resistencias hasta que empiezan las resistencias provocadas por los inmigrantes y por llegada de ideas anarquistas y socialistas. Durante ese período que logra, podríamos decir, mantenerse, no hay mayores crisis. A comienzos del siglo XX ese modelo entra en crisis. Podríamos ver los aspectos subjetivos de la crisis. Los objetivos están muy contados: llegada de los inmigrantes, de un nuevo frente de ideas, recomposición en términos de clases sobre todo en los centros urbanos, a los que se va a añadir un proceso de industrialización que provoca la migración del interior a la capital, ya estamos en la década del ’30, etc, etc.
Una cosa a la que no se le presta mucha atención es al tipo de crisis subjetiva que aparece cuando este modelo empieza como a deshilacharse. Hay un autor muy interesante para estudiar eso es Eugenio Cambaceres. Tiene un libro que se llama En la sangre, en el que está esta operación de tipo racialista, de identificación de los elementos peligrosos como aquellos elementos no racialmente puros, esa identificación de los inmigrantes italianos con las “taras”, eso por un lado. Pero después hay una novela de Cambaceres posterior que se llama Sin rumbo. Sus personajes son como “dandys aristocráticos”, oligárquicos, gente aburrida, gente que “está muy al pedo”, que se pone a observar las conductas ajenas… esos dandys que se divierten burlándose, riéndose de los simuladores de las castas inferiores en Sin Rumbo están en crisis. Todo ese mundo de superioridad se está derrumbando, ellos mismos no saben muy bien dónde están parados, eso es muy interesante de observar.
¿Alguna muestra de sublevación ven ellos o sólo es que ellos no saben qué hacer?
Hay por ejemplo, empieza a aparecer una especie de naturalismo social, Cambaceres es su representante. Aparece la cuestión social en estas novelas todo el tiempo, pero aparece bajo esta figura: las masas como un “componente protoplasmático” diría Ramos Mejía, como algo informe, manipulable por un líder que siempre está caracterizado como un criminal, lo cual tiene su explicación, porque la criminalística, por ejemplo de Ingenieros, si uno traza el perfil del criminal, es el anarquista, o sea el actor social. En realidad el “perfil científico del criminal” es una forma de criminalizar la lucha social.
Ya tenían el modelo al que tenían que atacar…
Ese Estado conservador, oligárquico podríamos decir, identifica en la cuestión social el fundamento científico para aplacar. ¿Al servicio de qué está toda esta criminalística? De la policía. El que tiene un trabajo muy bueno sobre esto es Osvaldo Bayer. Él tiene una reconstrucción muy interesante de todo lo que fue la figura de Radowitzky, y lo que significó por ejemplo la figura de Falcón. Ahora lo interesante es que Falcón no es un individuo, sino “el producto” de un “sa-ber” policial, en sentido foucaultiano…
Este diálogo continúa en la próxima edición de Destiempos Modernos
Entrevista realizada por
Franco Gargiulo y
Juan José Tomassini
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